Jazmín Hernández: la pionera de café barismo en Matagalpa
Jazmina Concepción Hernández de 40 años es la gerente- propietaria de Café Barista de Matagalpa, un emprendimiento que en 2007 llenó el vacío de consumo de café barista o especializado en la Perla del Septentrión. En Nicafés, queremos dar a conocer las historias inspiradoras de héroes y heroínas que vienen transformando el sector café en Nicaragua.
Jazmina fue la pionera del barismo en Matagalpa desde hace 13 años, cuando el público local no se familiarizaba con los tipos de café preparados que ofrecía el negocio: “la gente decía, que caro ese café, si yo lo compro a 5 pesos en la calle, fue desafiante crear una cultura de consumo de café de calidad en Matagalpa”, asegura Jazmín, cómo la llaman sus conocidos.
El departamento de Matagalpa puede considerarse como la cuna del café en Nicaragua, sin embargo, no había cultura de consumo de café de calidad, Jazmín y su ex esposo, Lester Valladares abrieron el camino hacia este nuevo mundo de sabores exóticos y variados.
Al principio el público llegaba al negocio por curiosidad, pero en menos de dos años de haber arrancado ya se había despertado el gusto por sus productos e incluso la oportunidad de abrir otro local.
Regresar a la patria y emprender
Jazmín aprendió de barismo en Guatemala, donde estuvo siete años trabajando en un Café. No fue sencillo vivir en ese país, sin parientes y amigos, y además habían acumulado deudas “en cierta ocasión nos vimos obligados a vender un celular para sustentarse” dice.
Al regresar a Nicaragua, Jazmín comenzó a trabajar como impulsadora, pero ya con la idea de establecer un café barista en Matagalpa. Con ahorros y la ayuda de una herencia familiar que recibieron, rentaron un local ubicado al costado norte de la Catedral de Matagalpa.

Al principio contaban con pocas mesas y solo trabajaban tres personas que eran ellos mismos que a la vez se encargaban de preparar las bebidas, la atención al cliente, la caja, la limpieza y las compras. Llegaron a dañar varias licuadoras domésticas para moler el café, ya que en ese momento no habían ubicado en Nicaragua a distribuidores de productos de barismo.
Sin embargo, el negocio iba caminando exitosamente y comenzaron a tener alianzas comerciales con los productores de la zona, quienes llegaban a ofrecerle productos. Para Jazmina, el café barista también abrió oportunidades para los caficultores.
Sortear las crisis
Jazmín ha enfrentado diferentes situaciones desde su separación y asumir un negocio en quiebra, no tenía ningún proveedor y hasta le habían cortado la luz.
“En una Semana Santa le tuvimos que decir a un cliente: fíjese que no teníamos mocha frappe porque el chocolate no nos vino. Y era que no teníamos para comprar el chocolate”.
Aunque ella hacía muchas labores en la empresa, nunca había dirigido la gerencia. Para iniciar debió hipotecar un terreno y consiguió un crédito en el banco, lo que le permitió mejorar el menú y contratar a arquitectos y renovar el local. También empleó a buenos cocineros y personal para enseñarles de barismo y contrató a una contadora.
El año 2018 y 2020, la crisis sociopolítica y sanitaria también retaron a la propietaria de Café Barista: “Aquí pasaban las balas, subíamos el portón, bajábamos el portón y así no cerré ni un día, ni para el Covid cerramos un día”.
Un mecanismo para evitar la quiebra de su negocio fue el ahorro: “Yo comencé a sacar para inyectarle al negocio, porque aquí no había ventas, se bajaron totalmente.” Con ese tesón logró salvar a Café barista porque Jazmín reconoce: “Yo lo viví, yo sé lo que es el arranque de un negocio y lo que cuesta”.
Una escuela de barismo informal
Jazmín se siente orgullosa de entrenar a los jóvenes que llegan al negocio a trabajar, aunque no sepan nada de café y esto implique tiempo para enseñarles. Y aunque ella tuvo que pagar para aprender barismo en Guatemala, prefiere compartir el conocimiento porque de joven necesitaba ese apoyo.

No es que se trate de una escuela formal de barismo pero del negocio de Jazmín han salido muchos talentos que ahora trabajan en otros establecimientos similares. “Yo entreno a las personas para que se vayan”, es su filosofía.
El personal barista
Actualmente tiene 18 trabajadores, 14 mujeres y 5 varones y una contadora.
Jazmín considera que ha sabido dirigir a su personal: “Una mujer para tener este tipo de negocios tiene que tener mucho carácter. Imagínese con trece años cuántos trabajadores he formado. Una cualidad importante de Jazmín es que también participa en todos los procesos de su empresa: “si hay que meterse a apoyar a los muchachos, lo hago.”
Hernández comparte que una de sus aspiraciones es lograr la estabilidad de los trabajadores y mejorar las condiciones, pero que los cambios se dan poco a poco.
Crecer
Actualmente en Matagalpa han florecido otros negocios similares a Café Barista, sin embargo, Jazmín destaca que lo que diferencia de los demás es el menú y el ambiente que proporciona el local. Señala que su meta es seguir creciendo como cafetería y seguir ampliando el negocio.
Para 2018, tenía planes de hacer inversiones en el negocio, pero reconoce que han sido tiempos de zozobra. Tuvo un negocio similar en el municipio de Río Blanco, pero el público tiene otros intereses de consumo. No descarta la posibilidad de hacer negocios en Managua y en Estelí.
“Si uno se desvía del enfoque que tiene en la vida, no avanzamos nada…yo quiero más y al final está en la mente” afirma Jazmín.
- Redacción: Claudia Pineda
- Revisión y edición: Equipo coordinador y de comunicación de Nicafés